La pasión por la cirugía la lleva en su ADN, asegura el doctor Federico Brahin. Consciente de que la inteligencia artificial está transformando su especialidad, hoy más que nunca asegura el gran desafío es no perder de vista la relación entre el médico y el paciente. Por su trayectoria, el reconocido profesional tucumano recibirá mañana en Buenos Aires el premio “Maestro de la Medicina”, que otorga la Prensa Médica Argentina.
Brahin, de 57 años, es egresado de la UNT, profesor titular de cirugía y jefe del Servicio de Cirugía General del Hospital de Clínicas Nicolás Avellaneda. Lleva más de tres décadas dedicadas a la formación de médicos y al desarrollo de la salud pública
Uno de los logros más destacados de su carrera fue la implementación, en 2010, de la cirugía mayor ambulatoria en el Hospital Avellaneda. Esta modalidad permite que los pacientes sean operados sin necesidad de quedar internados. También tuvo un rol destacado en el Congreso Argentino de Cirugía de 2021, donde presentó avances en el abordaje de la pancreatitis aguda biliar, patología de alta complejidad en la que se han reducido de manera notable las intervenciones abiertas y la mortalidad.
El Premio “Maestro de la Medicina”, creado en 1977, distingue cada año a tres personalidades de la medicina nacional por su ética y su aporte docente y asistencial. Más que un reconocimiento a un hallazgo puntual, es un homenaje a una vida entera de dedicación y -según comentó Brahin- por primera vez se entrega a un profesional del interior del país.
“La cirugía mayor ambulatoria, que fue el tema de mi tesis doctoral, es un modelo de gestión donde los pacientes pasan el día previo y posterior a la cirugía en su domicilio. Los procedimientos actuales que se vienen realizando con mayor frecuencia en nuestra provincia, a nivel país y en el mundo, son la colecistectomía laparoscópica, hernioplastia o cirugía de las várices, que son las patologías prevalentes en todo servicio de cirugía”, detalló.
Según dijo, estas cirugías mayores antes exigían internación. Internación y a veces, prolongadas. ¿Cómo lograron que ahora sean ambulatorias? “Gracias a la correcta selección de procedimientos que uno va a hacer mediante esta modalidad, y por una adecuada selección de pacientes, sumado a esto, los criterios estrictos de alta para que la persona pueda regresar el mismo día de la cirugía a su casa”, precisó.
- ¿Qué impacto tiene este modelo de cirugías?
- Primero, en los hospitales públicos disminuye la lista de espera. O sea, prácticamente hoy nosotros no tenemos lista de espera. El paciente va al consultorio, completa sus estudios prequirúrgicos y va con un turno programado para una cirugía. En segundo lugar, libera camas ya que no hay internación. Esto fue muy útil cuando estuvimos saliendo de la pandemia y que se necesitaban lugares para esa emergencia. Por otro lado, en nuestra región es muy importante porque en la parte pública la mayor porcentaje de pacientes que van trabajan por cuenta propia. Entonces, si no trabajan, no tienen ingresos. Y si esta modalidad les permite recuperarse rápidamente y volver a insertarse a su medio familiar, que es muy importante, y laboral.
-¿Por qué decidió usted dedicarse a lo que es la cirugía?
- Mi padre (Antonio) es cirujano y también fue profesor titular de cirugía durante 20 años fue profesor titular de cirugía. Hizo su carrera asistencial en el Hospital Centro de Salud. Creo que heredé este amor por la cirugía. Recuerdo que era muy chico, tenía ocho o nueve años, y ya lo veía mi padre trabajar en el hogar, pasar las diapositivas en mi casa, con los casos de pacientes que eran intervenidos y algunos por lesiones importantes, con politraumatismos. Entonces, desde muy chico sentí mucho asombro y admiración, y la inquietud para hacer medicina y luego cirugía.
- ¿Qué es lo más apasionante que tiene su trabajo?
- La posibilidad de desarrollar todo lo nuevo en cirugía, utilizar las diferentes herramientas, como por ejemplo las técnicas mínimamente invasivas, la laparoscópica, la endoscopía flexible y el intervencionismo, que nos permite resolver sobre todo las enfermedadades prevalentes, como la patología biliar y la pancreatitis, que es un tema frecuente en la consulta de las guardias de las diferentes instituciones del país y de Latinoamérica.
- ¿Cuál es el principal desafío que enfrentan?
- El desafío de formar profesionales excelencia, que tengan conocimiento no solamente en lo técnico, científico y académico, sino también en lo humanístico. La incorporación de la inteligencia artificial nos exige ser más humanos; no perder la inteligencia emocional. Hoy en día en el mundo ya se está operando con robots y lo que era antes la cirugía la convencional y laparoscópica, ahora se ve el gran auge de la robótica laparoscópica.
- ¿Qué tan lejos o tan cerca estamos en Tucumán de esos avances?
- Estamos cerca. Hace poco se incorporó la cirugía guiada por fluorescencia, que permite identificar estructuras anatómicas, ganglios -como ganglios centinelas, sobre todo en cirugía mamaria- para poder hacer una cirugía más segura, con mejores márgenes de seguridad y brindar mayor calidad de atención a los pacientes. Los hospitales están equipados para cirugías endoscópicas flexibles y ya se habla del trabajo en equipo combinado, lo laparoscópico, lo endoscópico y lo percutáneo, lo mínimamente invasivo, mediante pequeñas punciones, abordar estructuras anatómicas complejas, que antes había que hacerlas con una gran incisión. Ya estamos pronto a eso, a incorporar yo creo todas estas nuevas herramientas, pero bueno, sin olvidar que lo que está en juego es la vida de una persona que confía en nosotros, entonces sin dejar lo humano, a pesar que uno tenga que operar en una consola, que opera en el robot.